¿Qué está pasando en República Dominicana?

Por un anarquista desde las protestas

Para lxs no dominicanxs

El pasado 16 de febrero estaban convocadas las elecciones municipales en República Dominicana, donde por primera vez se utilizaría el sistema de voto automatizado (con maquinas de votación) en los municipios más poblados. Pero a las 4 horas de comenzar, el proceso fue detenido ya que las máquinas no funcionaron bien; en muchas solo aparecía un candidato, lo que rápidamente desató acusaciones de fraude por parte de la oposición política y acusaciones de sabotaje por parte del gobierno.
En un primer momento todxs atacaron a la Junta Central Electoral (JCE) encargada de celebrar las elecciones, pero rápidamente los políticos y la JCE se pusieron de acuerdo para convocar a nuevas elecciones un mes después, el 15 de marzo.
A lo que se agrega que nadie ha sido culpabilizadx por lo ocurrido, que le ha costado al país millones de dólares, y que el presidente de la JCE ha dicho que no renunciará.

¿Y qué pasa en las calles?

El 17 de febrero, un día después, un grupo de jóvenes convocaron por las redes sociales una concentración frente a la JCE en Santo Domingo, pidiendo que se aclaren los hechos y que renuncie el presidente de la JCE. No mucha gente fue al principio pero los días siguientes se fueron sumando más y más, especialmente luego de que se lanzara una bomba lacrimógena a lxs manifestantes sin razón alguna, lo que despertó la indignación de la gente y se convocaron concentraciones en todos los grandes municipios del país.
Los partidos políticos de oposición rápidamente movieron hilos para tratar de capitalizar las protestas en su favor, a lo cual ha habido resistencia por parte de la juventud —incluso lograron que las marchas políticas no se dirigieran hacia donde ellxs estaban concentrados.

¿Y qué tienen de especial estas manifestaciones?

República Dominicana no es un país acostumbrado a esta clase de manifestaciones, aquí casi toda la vida política está controlada por los grandes partidos, no hay partidos de izquierda representativos, ni mucho menos organizaciones populares ni sindicatos fuertes. Lo nuevo de estas manifestaciones es que están convocadas por las redes sociales y en ellas participan mayormente gente muy joven, incluso muchxs que aun no tienen edad para votar y totalmente al margen de la izquierda tradicional. Leyendo sus carteles nos podemos dar cuenta que hay una gran desconfianza hacia el sistema, tanto como una gran muestra de solidaridad y consciencia colectiva —esto también se ha mostrado a través de puestos donde se regala comida y agua, así como se ofrece primeros auxilios.
Y yo creo que eso es lo más importante que podrá surgir de estas protestas; una nueva desconfianza hacia los partidos políticos y el sistema representativo, así como una nueva solidaridad entre lxs de abajo. Con suerte al final de este crisis tendremos un tejido social más fuerte que quizás sea el abono para nuevas formas de hacer política.

¿Qué sigue?

Está convocada para el 27 de febrero una concentración masiva en la Plaza de la Bandera, en Santo Domingo. Frente a la JCE se pretende reunir un millón de personas (10% de la población dominicana); más allá de eso no se deslumbra qué pueda pasar, ya que los objetivos de cada grupos son muy diferentes, pues van desde la izquierda más radical pasando por los partidos políticos hasta grupos de ultra derecha.
Todxs están tratando de sacar ventaja a la situación. Pero si las protestas logran continuar más allá de ese día, tengo la esperanza de que puedan radicalizarse y exigir un cambio real independientemente de unas nuevas elecciones.

Compartimos esta carta que nos envía un compa desde Dominicana, donde se están produciendo interesantes movilizaciones con cierto signo libertario. Invitamos a que sea difundida y compartida libremente.

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